Santa Cruz de Coya, Roberto Henríquez, 2016: País de color ladrillo traslúcido y delgadas lágrimas. Espectacular aroma a frutos rojos destacando por sobre el resto la frutilla. Al servirlo frío, en boca es liviano, con acidez que llega casi a M+ y con taninos firmes pero bien balanceados, que dan paso a un largo retrogusto. Puede que haya estado con muchas expectativas, pero debo decir que está tremendo. 4.2
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